viernes, 18 de marzo de 2016

Regresamos con todo #AhuevoCabron

Qué onda mis #Cabrones disculpen por abandonarlos tanto pero me cerraron la página, he creado un grupo para morbosear más agusto les dejo el Link

https://www.facebook.com/groups/610250482472772/

También pueden buscarme en Facebook como Machos Cabrones, un saludo y acuérdense qué viene el relato del Trailero

martes, 1 de marzo de 2016

Mi Vecino Viudo (Segunda Parte)



SEGUNDA PARTE

Por unos segundos no supe que hacer. Mi mente se quedó en blanco. No entendía, no sabia como asimilar y aceptar lo que acaba de suceder.
El hombre que mas deseaba, que mas caliente y cachondo me ponía  se acababa de marchar de mi casa como si nada hubiera pasado.
Le había chupado la verga por primera vez y EL me pedia que lo olvidara. Un vacío enorme se apoderó de mi y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

--"Aqui no pasó nada. Aquí no estuve yo. Borra de tu mente lo que ha sucedido, Muchacho."

Sus palabras retumbaron en mi mente como una tortura, como una sentencia de muerte.

Me dejé caer sobre el sofa, tratando de calmarme y recobrar el control de mi mismo. Tenia que pensar con claridad. 
Que chingados esperaba? Que Don Mario se volviera loco por mi solo porque le había chupado la verga? Que pendejo de mi parte pensar eso. EL seguramente había recibido muchas mamadas de verga, un hombre como EL podía tener a quien quisiera, a la hora que lo quisiera.
Sin embargo, yo quería pensar que lo que acababa de pasar en mi cuarto había sido diferente, no solo porque EL se había dejado mamar la verga por otro hombre, pero también porque era Yo quien se lo había hecho. Tuvo que ver y percibir todo lo que yo sentía por EL. Eso tenia que hacerlo diferente.

No queria sentirme triste, tenia que ver el lado positivo de las cosas; Don Mario había dejado que se la chupara y eso era un gran avance. No hacia mucho, ni siquiera hablábamos. 
Tenia que darle tiempo para que EL asimilara lo que había pasado en mi cuarto. Era natural que actuara así, que al principio se negara a aceptarlo.

Yo debía estar contento, muy contento porque había logrado un acercamiento, un momento de intimidad de macho a macho que no pensé que se fuera a dar. Pero había sucedido y jamas lo iba a poder borrar de mi mente como EL me lo pedía.
No pude evitar preguntarme, si EL iba a poder olvidarlo tan facilmente. 
Podría?

Aquella noche no fue fácil quedarme dormido, tenia grabado cada momento de nuestro encuentro, cada lengüetazo que le había dado a su verga gruesa, grande y sabrosa.
Como hubiera querido que Don Mario se quedara conmigo a pasar la noche, que me desvirgara, que fuera el primero en romperme el culo y coger como desesperados hasta el amanecer.
============
============

A la mañana siguiente, me levanté temprano, después de arreglarme para la escuela, me puse a preparar un buen café para Don Mario y sus ayudantes. Me asomé por la ventana para ver si ya venían, era casi la hora en la que usualmente llegaban. Vi que la camioneta de los dos ayudantes se estaba estacionando enfrente de mi casa. No había señal de Don Mario.
Yo me moria de curiosidad, de saber como EL iba actuar después de lo de anoche. No debía esperar mucho, pero no podía evitar sentir esta intriga que me torturaba.

Cuando los minutos pasaban y pasaban y Don Mario no llegaba; entendí que EL estaba haciendo tiempo para no verme, para no tener que cruzar palabra conmigo y actuar como si nada hubiera pasado. EL siempre llegaba temprano. Ya no había duda, no quería verme, me estaba evitando. Una tristeza enorme invadió mi corazón, Cabrón.
Agarré mis libros, mi celular y sali de mi casa; ya se me estaba haciendo tarde para la escuela. 
Y fue cuando lo vi salir de su casa hacia la mía. Que Sabroso se veía, que ricura de Macho. Total y Absoluto. Esa ropa de trabajo que lo hacia ver mas interesante, mas masculino. Yo quería correr y abrazarlo, ahí, en medio de la calle, una pendejada que no podía ni debía hacer. Me quede esperando a que cruzara la calle.

Nuestras miradas se encontraron y su olor a hombre recién bañado me llegó hasta la punta de mi verga, que como siempre se alborotaba con tan solo verlo. No pude leer sus ojos, pero no había enojo, no había rabia. Nos quedamos mirando por varios segundos.
Yo desvie mi mirada hacia su boca, hacia su barba, hacia sus labios. Como seria un beso de Don Mario? Volví a subir mi mirada para encontrarme con sus ojos fijos en mi. La humedad de su cabello acentuaba sus rasgos, lo hacia ver mas antojable, apetecible. #PapacitoRico

--"Buenos Dias, Muchacho." su voz ronca como siempre, su tono normal. Todo parecía igual entre nosotros. Como si nada hubiera sucedido.

--"Buenos Dias, Don Mario." le contesté tratando de sonar lo mas normal posible. Al menos me seguía hablando. Eso era ganancia. "Dejé cafe listo, por si gusta uno."

--"Gracias." Su mirada me recorrió de pies a cabeza, fue rápido  pero lo hizo y eso me gustó, me gustó un chingo. "Que tengas un buen día en la escuela, nos vemos a la tarde, Muchacho."

--"Igualmente, Don Mario."

============
============

Mientras estaba en la escuela, me moría por contarle a mi amigo lo que había pasado anoche en mi cuarto con Don Mario, pero preferí quedarme callado. Este era un secreto mío. Y de Don Mario. 
Me sentía un poco aliviado de que EL me siguiera hablando. En poco tiempo yo le había revelado que me gustaba y hasta había dejado que se la chupara. No podía esperar mas por el momento. 
Paso a paso se llega lejos, decía mi abuela. 

Las horas se me hicieron eternas, me estaba muriendo por regresar a mi casa, a ayudar con la remodelación y poder interactuar con Don Mario. Estar cerca de EL.
Cuando finalmente regresé a mi casa, me llevé una gran sorpresa al ver el carro de mi Tia Rita estacionado en mi casa.
No, No, y NO.
Me apresuré a entrar, ella estaba en la sala acomodando unas cosas. Me saludó efusivamente, con sinceridad. Era su sobrino y ella me quería de verdad. Ella no tenia idea de que nos gustaba el mismo hombre.
La voz de Don Mario se escuchaba en el pasillo, dando indicaciones a sus dos ayudantes. Voz de Macho, Voz de jefe.

--"Hola, Hijo! Como te fue en la escuela?" me preguntó mi Tia mientras me daba un abrazo. 

--"Bien, Tia. Todo bien y Usted?" le pregunté tratando de ser amable. Me sentia mal porque debía estar contento de verla, pero de solo pensar que ella tambien le traia ganas a Don Mario, me hervía la sangre.

--"Vine a ver como estabas y como estaba la casa. Hablé con tu Mami ayer y me pidió que viniera a darte una vuelta."

--"Gracias, Tia. No se hubiera molestado." le dije mientras subía las escaleras hacia mi recamara para cambiarme de ropa y empezar a trabajar. "Ahorita bajo, voy a cambiarme."

--"Si. Para que comas, hice una sopa de caldo de res que tanto te gusta."

Estaba a la mitad de las escaleras cuando la escuché decirlo, o sea que ya tenia buen rato en mi casa, porque hasta había tenido tiempo para hacer de comer. Y obvio, tiempo suficiente para coquetear con Don Mario.

--"Ahorita bajo." 

Me cambie de ropa lo mas rápido que pude. No iba a dejar a mi Tia sola. Iba bajando las escaleras cuando los vi platicando amenamente.
Don Mario se dio cuenta de mi presencia y volteo a verme, la expresión de su rostro era normal, casual. Sus ojos me recorrieron de arriba a abajo, fue tan rápido que creo que hasta lo imaginé.

--"Quieres que te sirva, hijo?" me preguntó mi Tia, sin tener una idea de lo que estaba sucediendo entre Don Mario y Yo.

--"No, Tia, no se preocupe. Yo me sirvo." le contesté mientras trataba de actuar como si nada. No quería ponerme en una situación incomoda, ni tampoco a Don Mario.

Me fui a la cocina. Mientras me servia la comida, escuché a mi Tia despedirse.

--"Ya me voy, hijo. Cuidate."

--"Usted también." le contesté.

No estaba preparado para lo que seguía.

--"Nos vemos a la noche en el baile de la iglesia, Mario." Era la voz de mi Tia, una voz emocionada. Sentí que me clavaban un puñal en medio del pecho.

--"Paso por ti como a las 8. Vamos a cenar y luego al baile." Era la voz de Don Mario. Esa voz ronca, tan suya, tan unica. El puñal que mi Tia me acababa de clavar, Don Mario me lo termino de enterrar hasta el fondo, sin piedad, sin misericordia.

Me agarré de la silla para no perder el balance de la rabia que sentia, de la alta presión sanguinea que debia estar mas alla del limite.

No, No y No. Mi Tia había aprovechado muy bien el tiempo, hasta invitación al baile había sacado de Don Mario. 
Las pocas ganas que tenia de comer, se fueron al carajo. Y tampoco tenia ganas de ayudar en la remodelación.

Regresé a la sala. Don Mario estaba concentrado haciendo su trabajo. Premeditadamente o No, hizo como que no me había visto. Yo me fui a mi cuarto, mientras subía las escaleras, sentí su mirada que seguía mis pasos. Me detuve y giré para verlo. Su mirada estaba fija en mi. Nos miramos por unos breves segundos y EL siguió trabajando.

Me encerré en el baño de mi recamara, le empecé a dar de golpes a la pared, hasta que ya no pude aguantar mas el dolor en mis manos. Una rabia incontrolable se había adueñado de mi. Me dejé caer al suelo llorando como un puto llorón. 
No tenia derecho a estar celoso, no tenia derecho a pensar que Don Mario podría llegar a sentir algo por mi. 
Había sido solamente una mamada de verga, que lo había hecho disfrutar pero nada mas. Por soledad o debilidad había pasado, pero era mas que obvio que EL si estaba decidido a olvidarlo.

No sé cuanto tiempo pasó, pero me quede dormido sentado en el suelo y contra la puerta del baño. No había pasado una buena noche, el desgaste emocional me estaba cobrando factura. Desperté cuando escuché pasos que se acercaban.

--"Muchacho… estas ahí?"

Era su voz ronca, seria y masculina. No le contesté. Se hizo un silencio.
 Me puse de pie para quitarme la ropa.

--"Yo sé que estas ahí." otro silencio. Lo sentí acercarse a la puerta. "Ya terminamos por hoy. Mañana voy a llegar tarde." otro silencio.

Claro que iba a llegar tarde, tenia una cita con mi Tia esta noche.

Mi verga estaba dura, se alborotaba con solo escucharlo, de recordar lo que había pasado la noche anterior. Prendî la regadera y metí a la tina.

--"Yo sé que me escuchas. Mis ayudantes van a llegar a la hora de costumbre." lo escuché decir a lo lejos.

Y bajo el agua tibia me jalé la verga a nombre de Don Mario.

--"Esta va por Usted, Mi Macho Sabrooossooo…." exploté en chorros de leche. Mientras imaginaba que Don Mario me abrazaba por detrás. Que me besaba el cuello y me mordia una oreja.

============
============ 

Eran cerca de las 8 de la noche y mientras esperaba a que llegara mi amigo para ir a cenar, me asomé por la ventana de la sala. La camioneta de Don Mario seguia estacionada en su casa. Tenia que estarse alistando para ir a levantar a mi Tia y llevarla a cenar y al baile.

Ella si podía soñar con algo serio con EL. Los dos estaban libres. Los dos cabían perfectamente en los parámetros de aceptación social. Lo mío era una locura. 
Vi que el carro de mi amigo se estacionó frente a mi casa. Cuando estaba saliendo, vi a Don Mario salir de la suya. Levantó su mano para saludar. Yo hice lo mismo. Se veia masculinamente hermoso, con su sombrero y ropa vaquera. Esos pantalones apretados que le marcaban su piernotas y esa camisa de cuadros azules que no parecia ser suficiente para resistir la fuerza y la grandeza de sus músculos.#SementalCompleto

EL se subió a su camioneta y yo al carro de mi amigo.

--"Ya viste a tu tormento?" me preguntó mi amigo. "Parece que se atrevió a salir de su escondite."

--"Así parece." le contesté con desgano.

 Yo no podía hacer tonto a mi Amigo, por el tono de mi voz, se dio cuenta de que algo me pasaba.

--"Otra vez cagando el palo por culpa de ese vejete. No se que le vez. Te lo he dicho una y mil veces, fijate en alguien de tu edad, Cabrón."

--"Es precisamente su edad lo que mas me gusta. Y tampoco es que aquí en este pueblo haya muchos de mi edad para elegir."

--"Pero ya falta poco para que te vayas a estudiar a la Capital. Alla si hay de donde escoger."

Yo no quería pensar en eso. Dentro de poco me tenia que ir a estudiar a la capital y ya no iba a ver a Don Mario tan seguido. No queria pensar en eso. Me faltaban los huevos para aceptar que tarde o temprano, me tocaria recorrer un camino lejos de EL. 
===========
===========

El baile en la iglesia era el primer evento que iniciaba las Festividades Patronales del Pueblo. La fiesta mas importante de todo el año, esperada por todos los habitantes y sus alrededores. Conforme nos íbamos acercando al centro, la musica de la banda se iba escuchando mas y mas fuerte.
Había mucha gente caminando por las calles. Todos se veían muy felices, emocionados porque la fiesta del pueblo había comenzado. Mientras mi amigo buscaba una espacio para estacionar su carro, la nostalgia me invadió cañón. De niño, mis hermanos y yo esperaban con asías estos días. Era una semana de fiesta, de juegos mecánicos, desfile de carros alegóricos, música en vivo. La Presidencia del pueblo echaba la casa por la ventana, participaban negocios del pueblo y de las rancherías de los alrededores.
Mucha de la gente que caminaba por las calles en dirección a la Plaza y a la Iglesia, eran parejas de enamorados, algunos ya casados y otros a punto de hacerlo. Sentí envidia de la buena, ellos ya habían encontrado a su media mitad, esa persona que los hacia tocar el cielo y eran correspondidos.
Yo también había encontrado a esa persona: Don Mario. Pero no era ni correspondido ni aceptado por EL. Algo entre EL y Yo jamas podría ser, y mucho menos aceptado por mi familia, ni por la sociedad. 

Cuando finalmente mi amigo estacionó su carro, pude ver la camioneta de Don Mario del lado opuesto de la calle. Vi como EL le abria la puerta a mi Tia y la tomaba del brazo para que bajara. Ellos no me vieron, la calle estaba atestada de gente que iba y venia. Los vi caminar por la banqueta de la calle rumbo al restaurante que estaba enfrente de la plaza. Iban platicando muy a gusto. 
Por unos breves segundos, sentí que la vista se me nubló. Se veían muy bien juntos. Tenia que admitir que hacían una bonita pareja. Mi Tia era una mujer bella, nunca pude entender porque no se había casado, belleza le sobraba. Y Don Mario era un Macho completo, un hombre soñado por cualquier mujer o gay.
Quizá mi Tia Rita era la mujer que lo ayudaría a salir de su encierro.
Un vacío en la boca de mi estomago se apoderó de mi. Ultimamente me estaba pasando muy seguido. No era justo. 

Para mi buena suerte, mi amigo decidió que cenáramos en uno de los puestos de tacos que estaban a lo largo de la calle principal, para no tener que hacer fila en la lista de espera del restaurante que estaba llenísimo de gente.
 No tuve que sufrir la tortura de ver a mi Tia y a Don Mario pasandola de película.
============
============

Traté de concentrarme en la platica con mi amigo. No era justo que lo ignorara por mi pinche situación sentimental. Me platicó que a lo mejor mas noche iba a coger con su galán en turno. Quien era nada mas y nada menos que el Hijo del Presidente del Pueblo. Quien estaba a punto de casarse, pero que siempre que se emborrachaba, buscaba a mi amigo para coger. Yo admiraba a mi amigo por su habilidad para no enamorarse, para pasarla bien y nunca entregar el corazón, no recordaba haberlo visto sufrir jamas por ningún hombre. Así se hacen las cosas, no como yo, un pinche pendejo enamorado.

Después de cenar, le dimos una vuelta a la plaza, recorriendo los puestos de artesanías y de exposiciones que llegaban de diferentes puntos del pais para exhibir y vender sus productos. Cuando pasamos frente a la Iglesia, los volví a ver, Don Mario y mi Tia estaban haciendo linea para entrar al baile, estaban dando la espalda y no me podían ver. Don Mario se veía simplemente delicioso con sus pantalones vaqueros pegados a esas piernotas y a ese trasero redondo y abultado que tenia. 
La sangre me hervía de ver a mi Tia tan cerca de EL, de como despistadamente le pasaba sus manos por su cuerpo como que no quería la cosa, muy inocentemente, muy normalmente.
Y lo peor era que lo era, era inocente y normal que hubiera roce de sus manos y de sus cuerpos. Era un baile y como tal, sus cuerpos iban a estar cerca, muy cerca y tenían que tocarse, sentirse…

--"Vamos a comprar unas cervezas bien frías. Me quiero poner bien pedo hasta perder el sentido." Le dije a mi Amigo, quien supo de inmediato por que lo decía.

--"Te acepto las cervezas bien frias." Me dijo mirando en dirección a Don Mario y mi Tia. "Pero ojalá entendieras que no tienes una oportunidad con ese señor. Hay un mundo de diferencia entre Ustedes, y no solo es de edad."

Mi Amigo tenia razón, a Don Mario no le gustaban los hombres, lo que había pasado en mi cuarto, fue solo un resbalón ante mi insistencia y su soledad. EL había tenido sus ojos cerrados todo el tiempo, Yo mismo le había pedido que se imaginara que era una mujer la que se la estaba chupando; después de todo una lengua es una lengua. Por eso EL me había pedido que lo olvidara, que nada había pasado.

Al regresar a la casa, Mi Amigo y Yo le entramos duro y tupido a las cervezas, que sabroso el liquido frio calmando lo ardiente de mi cuerpo, aunque fuera por unas horas, esto me iba a ayudar a olvidarme de mi triste situación con Don Mario.
Vimos una película y cuando estábamos a punto de empezar a ver la segunda, mi amigo recibió un texto de su galán. Había llegado la hora que el estaba esperando.

Yo seguí tomando solo hasta que se terminó la película. Apagué las luces de la sala y me asomé por la ventana para ver si Don Mario había llegado. Nada. Su camioneta no estaba. Ya era muy noche, el baile ya debía haber terminado. 
Donde estaría?  En la cama con mi Tia? Ella era una mujer decente, pero hasta la mas decente podría perder la cabeza con un hombre como Don Mario.
Subí a mi cuarto, mientras me tomaba la ultima cerveza.
Mi teléfono celular empezó a sonar, era mi amigo. Seguramente quería contarme los detalles de su acostón, yo no tenia ganas de escuchar esos detalles. Me sentí mal, pero no le contesté. Mañana le regresaría la llamada y entonces podíamos platicar todo lo que quisiera.
============
============

Estaba profundamente dormido, cuando escuché que tocaban el timbre de la casa, me asusté, era muy noche para que estuvieran tocando y sobretodo de la manera tan incesante en que lo estaban haciendo. Me puse mi calzoncillo y bajé a ver quien era. Seguramente era mi amigo, que enojado porque no le había contestado, venia en persona a contarme los detalles de su encuentro. Estaba tocando el timbre y la puerta de una manera que ya me estaba encabronando. 

--"Que chingados te pasa, Cabrón?" le grité mientras abría la puerta.

Me quedé hipnotizado cuando vi de quien se trataba. Entró como si fuera su casa, como si lo hubiera invitado a pasar. Su olor a hombre, a macho, mezclado con licor me llegó hasta el alma.
Era EL. Era Don Mario. Mi corazón se aceleró y mi verga se alborotó. 
EL cerró la puerta y le puso llave, con una naturalidad, como si fuera su casa, su territorio. Nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos brillaban inmensamente. 

--"Que hace aquí, Don Mario?" le pregunté temblando.

--"Quieres que me vaya?" Me dijo con su voz ronca, bajita. "Dime que me vaya y me voy." y se acercó a mi, su aliento a licor me la puso dura. Estaba tan cerca de mi, que podía sentir lo caliente de su cuerpo.

--"Pensé que estaba con mi…" no me dejó que terminara de hablar, porque me puso una mano en la boca para que no siguiera hablando.

--"No estoy en ningún otro lado, ni con nadie mas. Estoy aquí, Muchacho." 

Y agarrandome de la cintura con una destreza perfecta, me arrinconó contra la pared, su cuerpo encima del mio. No sabia que hacer y lo único que hice fue abrazarlo. Emocionado. No lo podía creer.

--"Don Mario." le dije al oído con una vehemencia que me sacudia el cuerpo de pies a cabeza.

EL estaba casi temblando, sus manos me tenían agarrado de la cintura. Se hizo una silencio, solo el latido de nuestros corazones palpitando aceleradamente y nuestras respiraciones agitadas se escuchaba.

--"Quiero que me hagas lo mismo que me hiciste la otra vez en tu cuarto, Muchacho." Me susurró al oído, rompiendo el silencio; en su voz había urgencia, necesidad, lujuria, mucha lujuria.

--"Yo a Usted le hago lo que quiera, Don Mario." Le contesté al instante, sin vergüenza, sin pudor. No podía creer lo que estaba pasando. Y tenia que aprovechar la oportunidad.

Don Mario me dio una mordida leve en la oreja y se quitó su sombrero. Yo lo ayudé a desabrocharse la camisa y el pantalon. Mis manos temblaban en anticipación, ya queria tener su verga otra vez en mi boca. Le bajé el pantalon hasta las rodillas. 
Esta vez tenia que ser mejor que la primera vez, esta vez tenia que hacer mi mejor trabajo para que Don Mario regresara por mas, mucho mas.

Empecé a recorrer su pecho con mi boca. Lo vi cerrar sus ojos, no supe si por el placer que estaba sintiendo o porque no quería ver que era un hombre quien le estaba dando ese placer. Pero no era momento para detenerme a pensar. Tenia que aprovechar esta oportunidad de poder disfrutar de EL y de su cuerpo. Besé y lamí cada pedazo de si piel desnuda, fuerte, musculosa y velluda.

--"Aaahhhhh. . .  Ohhh. . ."

Sus gemidos y sonidos de placer eran un estimulo para seguir, para no detenerme y llenarlo del placer infinito.
Cuando le besé y luego le mordí sus tetillas, lo vi arquearse, retorcerse del tormento delicioso que estaba sintiendo. Se recargo contra la pared para poder seguir de pie.




Seguí bajando, al llegar a su ombligo le di varias vueltas alrededor, suavemente, disfrutando su esencia de hombre, haciendolo esperar, y cuando le di el primer lengüetazo, Don Mario casi pierde el balance. Me tomó de la cabeza y me restregó contra su estomago, contra su ombligo. Permanecí ahí por unos segundos, atormentando con mi boca y mi lengua.
Luego seguí bajando, su verga estaba completamente dura, jugosa y afilada. Esperando por mi boca, ansiosa por mi lengua. 
EL seguía con sus ojos cerrados. Yo quería que los abriera, que me viera, pero me tenia que conformar con lo que era, con lo que me estaba dando.
Pasé mi lengua levemente sobre su verga hasta llegar a sus bolas, duras y llenas. Me impregné de su olor de hombre, de esa esencia de macho que acelera cualquier deseo, que quema en la hoguera de la pasion sucia y deliciosa.

--"Ohhhhh. . . Mmmmmmm. . ." 

Era obvio que lo estaba disfrutando, que con mi boca y mi lengua yo tenia el poder en este momento, que EL estaba totalmente rendido ante mi.

--"Le gusta Don Mario?" le pregunté con la voz cortada por el deseo.

--Si, Muchacho. Sigue y no pares. . ."

Y segui con mi invasión sobre sus bolas y cuando me apoderé de su verga, lo escuché casi aullar del placer absoluto que solo da la boca de un hombre.

--"Aaaaaahhhh. . . Así, así. . . Ohhhh."

Hice con mi lengua una danza de subidas y bajadas sobre su tronco duro, caliente y jugoso. Apoderandome de su carne, saciando mi hambre, mis ganas por EL, solo de EL. 
Y cuando EL me volvió a tomar de la cabeza, me tragué toda su verga de un solo, haciendo que mi garganta se abriera para tragarcela toda, haciendo que Don Mario se volviera loco del deseo, se entregara a la pasion y aprendiera que solo conmigo iba a vivir estos momentos. Que ni mi Tia, ni nadie podrían hacerlo sentir como yo.
Me la empezó a clavar con una urgencia que yo no había conocido jamas, me agarré de su cintura, firme y peluda, acentuada por esas piernas fuertes, grandes y duras, como dos muros de contención que todo lo pueden. 


Esa cintura de Macho Completo y esas piernotas que yo tanto había anhelado tocar, fueron mi ayuda para no perder el balance ante las embestidas de su verga sobre mi boca y mi garganta. Don Mario estaba caliente, bien caliente y solo quería encontrar alivio a su necesidad, a sus ganas enormes de placer.

Pero yo no quería que esto terminara, yo podía sentir que estaba a punto de chorrearse, pero yo no quería que fuera tan rápido.
Y en una de sus sacadas, le pedi que se diera la vuelta. Fue cuando abrió sus ojos y me miró confundido.

--"Para que?" me preguntó sin entender mi pedido.

--"Solo hagame caso, Don Mario. Cierre los ojos y dejese llevar."

No estaba muy convencido pero se dio la vuelta. Y ahí, frente de mi quedó aquel hermoso trasero de macho, esas nalgas firmes y paradas. Le pasé una mano de su cintura hasta sus bolas, haciendo que gimiera, estaba tenso, era algo nuevo para EL. Y eso era lo que yo quería, para marcar una diferencia entre el antes y el después.

Le apreté las bolas con una mano, haciendo que se arqueara, su trasero quedo casi en mi boca, saqué mi lengua y se la pase lentamente por la apertura de sus dos nalgas, eso lo hizo estremecerse, con mis manos le agarré cada nalga, para abrirme espacio y llegar hasta su culo. Y fue como llegar al cielo, que delicia de culo, que sabroso y que rico lo tenia. 
Se lo empecé a lamer, a lengüetear; dandome banquete, saboreando la fruta que por tanto tiempo me había sido negada.

--"Ohhhh. . . Muchachooo, nunca me lo habían hecho. . ." su voz era ronca como siempre, pero ahogada en el placer que yo le estaba dando.

Y subí de intensidad cada una de las lamidas de culo que le di, para que jamas las olvidara, para que supiera muy bien quien le había hecho vivir este momento. Fueron varios minutos de disfrutar aquel culo sabroso de macho perfecto, de escucharlo casi aullar como perro en brama, cuando ya no podía aguantar mas, se dio la vuelta y me la metió por la boca. 
La devoré completa, estaba dura y me calaba en mi garganta, pero me aguanté como los verdaderos hombres, esto era por EL y solo por EL. Me la clavó incesantemente mientras mis manos le apretaban las bolas. Yo tenia sed, una sed inmensa de su jugo de macho y su jugo de macho me dio, sentí sus chorros de leche llenar los canales de mi boca y mi garganta, se la apreté, succionando, haciendo que me diera hasta su ultima gota.
Lo dejé vacio, seco. 
Don Mario temblaba de pies a cabeza. Sus ojos cerrados. Y quizá fue idea mia, pero me pareció ver una lagrima salir, quizá se sentía culpable, quizá en su mente había pensado que este placer que había recibido, se lo había dado alguna mujer, cualquiera menos yo.
Estaba temblando y sudando. Se veía tan vulnerable que me partio el corazón. Yo queria abrazarlo, fuerte, muy fuerte.

Me puse de pie, pero no me atreví a hacerlo. Me bajé mi calzoncillo y me quedé esperando a que EL abriera sus ojos mientras yo jugaba con mi verga que pedia atención, reclamaba alivio. Me escupí una mano y me la empecé  jalar. Don Mario seguia con sus ojos cerrados, su respiración estaba volviendo a la normalidad. Y justo en el momento que explotaba, que me venia en espasmos de semen grueso, abundante y blanco, EL abrió sus ojos. Vio como me vine, sus ojos brillaban intensamente. Pero no me dijo nada.

Se levantó sus pantalones, se abrochó la camisa y se puso su sombrero. Ya se iba. Había venido a buscar un rato de placer, ha saciar su calentura, solo eso y ahora ya se iba.
Me dio un vuelco el corazón. Y sin pensarlo, me le fui encima para abrazarlo.

--"No se vaya, Don Mario. Quedese a dormir conmigo. Yo estoy solo, Usted esta solo. Hagamonos compañía mutuamente." 

Lo abrasé con una necesidad profunda. Pero fue inútil, porque EL no correspondió. Su respiración estaba agitada, pero no dijo una sola palabra, no movió un solo músculo de su cuerpo.
 Me separé y me hice a un lado para dejarlo pasar...

EL abrió la puerta y me miro fijamente a los ojos.

--"Aqui. . ."

Pero yo no lo dejé que terminara, no podía escuchar otra vez aquella sentencia mortal en su boca.

--"Aquí no pasó nada. Aquí no estuve yo. Borra de tu mente lo que ha sucedido, Muchacho." 

Yo repetí su frase sosteniendole la mirada. Por unos breves segundos parecía como que EL quiso decir algo, pero no; solo salió, cerró la puerta y desapareció de mi vista.
Me recargué contra la puerta y mientras le ponía llave, trataba de mantener la calma. Esta vez no iba a dejarme llevar por mis sentimientos románticos de joven inmaduro. Esta vez tenia que ser realista. Don Mario no se podia quedar conmigo, EL solo queria que yo se la chupara, sentir esos breves momentos de placer y regresar a la realidad como si nada.
Y me gustara o no, esa era la verdad de las cosas. Tenia que aceptarlo. Hacia no mucho tiempo ni siquiera imaginaba que esto podía llegar a pasar entre EL y Yo. #PutaSuerteLaMia
============
============

Al siguiente día, era Sábado, los ayudantes llegaron temprano, a la hora de costumbre. Don Mario llegó 2 horas tarde como ya me lo había dicho. Yo estaba terminando mi tarea, cuando lo vi llegar. Mi corazón se aceleró nomas de verlo. Nunca me cansaré de repetirlo, QUE RICO MACHO!! #PapasoteChulo

EL actuó como si nada, de lo mas normal. Serio y callado como siempre. Enfocado en su trabajo. Yo me apresuré a terminar mi tarea, para poder ayudarles.
La jornada del dia iba bien y normal. Cada quien concentrado en lo suyo. De repente, Don Mario me cachaba mirandolo, EL me miraba brevemente y continuaba haciendo su trabajo. De cierta manera yo iba asimilando las cosas, que me gustara o no, que lo que fuese que fuera, lo que había entre Don Mario y yo, iba a ser en secreto. 
No iba a ser ni el primero ni el ultimo en esa situación.
Lo tranquilo del dia, se fue al carajo, cuando llegó mi Tia Rita con comida para todos. Era un gesto muy lindo de su parte, pero a mi no me pareció así, Yo sabia que ella lo hacia para estar cerca de Don Mario. Los celos me estaban comiendo por dentro.

Ella no escondía su interés por EL, su afán por conquistarlo. Sin embargo, observando bien la manera en como ellos dos interactuaban, Don Mario no mostraba la misma emotividad y alegria que ella. Aunque era difícil leer la expresión siempre tan seria en el rostro de EL.

Yo inventé una excusa y tomando mi porción de comida, me fui a mi cuarto a comer. Por nada del mundo iba a comer en la misma mesa que ellos. Don Mario me quiso decir algo, pero se arrepintió y no dijo nada. EL y mi Tia Rita comieron con los 2 ayudantes en la mesa del comedor.

No tenia mucha hambre, no comí mucho. Me puse a ver la televisión para mantener la mente ocupada y no ponerme a hacer un drama.
Después de un buen rato, escuché a lo lejos a mi Tia Rita despedirse. Bajé y ya se había ido. Don Mario tampoco estaba, solo sus ayudantes. Me asomé por la ventana y los vi platicando afuera de la casa. No podía oir de lo que hablaban, quizá se estaban poniendo de acuerdo para salir otra vez a la noche.
Controlando mi rabia, me puse a terminar lo que me tocaba hacer hoy. Cuando Don Mario regresó, no quise voltear a verlo, actué como si no pasara nada. Porque en realidad no pasaba nada. La realidad era una, muy diferente a lo que yo en mi mente quería que fuera.

La hora de salir llegó, los 2 ayudantes recibieron su pago y se fueron. Don Mario había llegado tarde y se quedo a trabajar un rato mas.

--"Tu también ya puedes dejar de trabajar por hoy, Muchacho." me dijo mientras seguía pintando una pared. Estaba de espaldas a mi. Yo no podía ver sus ojos, su rostro.

--"Si ahorita, ya casi termino aquí." le contesté con una naturalidad que estaba muy lejos de sentir.

Su celular sonø y EL salió al patio de atras a contestar. Tal vez era su hija, o tal vez mi Tia Rita. 
Yo terminé con el trabajo y me asomé por la ventana. EL seguia en el telefono, parecia una platica muy amena. Sus rasgos faciales tan serios y fuertes parecían suavizarse. No podia escuchar con quien estaba hablando. 

Yo no estaba triste ni alegre. Mas bien tranquilo, estaba aprendiendo a manejar la situación. No había remedio y nada iba a cambiar. Don Mario nunca me había dado una sola esperanza de que podía corresponder a lo que yo sentía por EL.

Sali de mi casa, necesitaba unas cervezas, fui caminando a la tienda de la esquina a comprarme un 6. No me tarde mucho, cuando regresé, Don Mario estaba juntando las herramientas. Su dia de trabajo había terminado. 

EL me vio entrar con la cervezas. Yo traté de actuar como si nada.

--"Ya mañana regresan mis Padres." le dije yo, tratando de hacer platica.

--"Que bien" me contestó EL, con la misma seriedad de siempre.

--"Cuando ellos vean todo lo que han hecho Usted y sus ayudantes, se van a poner muy contentos. La casa esta quedando muy bien."

--"Tu también nos has estado ayudando." Me dijo levantando su mirada hacia mi.

Se veia tan chulo, tan rico y tan macho. Yo quería pedirle que me abrazara, que me envolviera en esos brazotes que tenia. 

--"Quiere una cerveza, Don Mario?" le pregunté mientras extendía mi mano ofreciendole una.

--"No. Gracias, Muchacho."

--"Andele, Don Mario. Solo una, después de un día de trabajo se la merece." Le insistí Yo. EL lo pensó por unos segundos y la aceptó.

--"Esta bien. Solo una y me voy." 

Nuestras manos se rozaron cuando EL tomó la cerveza. Mi verga se alborotó al instante.
Yo abrí otra para mi. Aquel liquido frío era lo que necesitaba para calmar un poco la calentura que sentía adentro y fuera de mi cuerpo.

EL le dio un trago a la suya, yo no perdí detalle de lo exquisitamente cachondo que se veia dandole un trago a su cerveza. Actitud de Macho. Actitud de Semental Completo.
Yo le di otro trago a la mía y lo invité a sentarse en la sala. Al principio EL no queria, pero ante mi insistencia, terminó aceptando.

--"Me acabo esta cerveza y me voy."

--"Okay, Don Mario."

Nos sentamos en la sala y encendí la television. Se hizo un silencio. Yo quería actuar como si nada, de lo mas normal posible, pero no podía. EL me descubrió mirandolo de reojo varias veces; cuando estaba a punto de acabarse la cerveza, fui y le traje otra mas. 

--"No, Muchacho. Ya me tengo que ir." Me dijo poniendose de pie.

--"La ultima y se va." Le contesté Yo y me acerque a EL.

--"Es que tengo……" 

--"La ultima y ya. No me la desprecie, Don Mario."

EL agarro la cerveza y se volvió a sentar. Yo me senté junto a EL y seguimos viendo la tele. No se ni que chingados estábamos viendo, yo no podia poner atención a otra cosa que no fuera el Macho rico que estaba a mi lado.
Le di varios tragos seguidos a mi cerveza y ya no lo pensé mas, le pusé mi mano arriba del pantalón, sobre su verga. 

--"Que haces, Muchacho?" su voz era ronca, seria y bajita.

--"Se la quiero chupar otra vez, Don Mario."

--"No." 

Y se puso de pie. Pero su verga ya se había alborotado.

--"Si, Don Mario. Dejeme darle una rica mamada como la de anoche. Yo nunca le voy a decir a nadie." me puse de pie y me acerqué a EL.

--"No esta bien lo que hacemos." Su voz seguía seria y bajita.

--"Si a Usted le gusta lo que le hago y a mi me gusta hacerlo, entonces esta bien." Le di otro trago a mi cerveza y la puse sobre la mesa de centro y me volví a acercar a EL.

--"Pero es que…"

Yo le empecé a bajar el cierre del pantalon, EL trató de detenerme, pero su resistencia fue mínima. No solo le bajé el cierre, sino que le desabroché el pantalón y metí mi mano para agarrarle su trozo semi duro. 

--"Se la chupo y se va." 

Nuestras miradas se clavaron en una guerra de resistencia de su parte y de insistencia de mi parte.

--"Aahhh……"

Lo escuché gemir de placer cuando mi mano se apoderó completamente de su verga, mientras con la otra le acariciaba su imponente pecho velludo y musculoso. Lo vi cerrar sus ojos y darle un trago a su cerveza.

Le bajé el pantalón con urgencia mientras me deleitaba viendo como su verga hermosa se iba poniendo mas dura y jugosa, sus piernotas fuertes y velludas temblaban de deseo, Don Mario se iba rindiendo poco a poco ante mis manos que le acariciaban su cuerpo. 
Mi boca y mi lengua estaban listas para devorarlo, pero lo hice esperar un poco mas. Le pasé una mano por en medio de sus piernas, acariciando levemente sus bolas y su culo.

--"AAhhhh… Ooohhh… Chupame la verga, Muchacho. Quiero que me hagas eso que me haces…"

Y eso era lo que yo estaba esperando, que EL me lo pidiera y así lo hizo, me acerqué a su verga afilada y me impregné de su olor a macho, de un día completo de trabajo, placer exquisito y primitivo. Rocé la punta de su verga con mi lengua y lo hice estremecerse de pies a cabeza.

--"Cometela toda por esa boca que tienes, Muchacho."

Y le dio otro trago a su cerveza, mientras yo abrí mi boca y poco a poco me fui apoderando de su trozo de carne que ardía bajo mi garganta y mi lengua en una batalla de tortura y lujuria.

Mi verga estaba endurecida y pedía atención debajo de mi pantalón, pero no era momento para mi, era para Don Mario, de disfrutar una vez de un momento robado a su lado.

--"Así.. así, Muchacho."

Me agarro  de la cabeza con una mano y me empezó a coger por la boca. Mi garganta se fue abriendo para recibir cada entrada y salida de su verga gruesa y deliciosa.
EL seguía con sus ojos cerrados pero su cara estaba relajada y entregado al placer que estaba sintiendo cada vez que yo succionaba su verga con mi boca y mi lengua, comiendomela toda, permitiendo la entrada hasta lo mas profundo de mi garganta.

En una de las sacadas, aproveché para pedirle que se sentara otra vez en el sofá.

--"Relajese completamente y disfrute de mi boca, mi lengua y mi garganta."

Y ahí sentado en el sofá me volví a devorar su vergota sabrosa y grandota. 
EL le dio un ultimo y largo trago a su cerveza y me agarro de las orejas para meterme su verga toda y hasta el fondo, mi garganta protestó, pero eso no le importo, estaba bien caliente y ya nada lo podía detener. 

--"Me gusta como te comes toda mi verga, Muchacho."

--"Haga conmigo lo que Usted quiera, Don Mario."

Y me la clavó otra vez hasta el fondo. Y toda me la comí. Yo estaba quemandome de deseo y morbo de verlo casi desnudo sentado en el sofá, con sus pantalones todos hasta abajo, atorados en sus botas de trabajo. Se veia tan chingon, tan sabrosamente vulnerable y rendido ante mi boca, ante mi.

Empecé a acariciar sus piernas de abajo para arriba hasta llegar a sus bolas y a su culo; eso hizo que se pusiera mas caliente, Don Mario se reacomodo, dandome mejor acceso a su trasero mientras me seguía cogiendo por la boca.

--"Aaah… así, así, Muchacho. Me gusta eso que me haces con tu mano en mis bolas y mi culo."

Mi verga estaba chorreando pre semen debajo de mi ropa, exiguiendo ser liberada. Pero mi unica meta era llenar de placer a Don Mario, para que siempre recordara este momento. Sus bolas estaban duras y llenas, en cualquier momento iba a explotar en mi boca.

Hice un esfuerzo para sacarme su verga de la boca. EL protestó, pero yo tenia que decirle algo.

--"Que pasa, Muchacho?" me preguntó El confundido.

Yo estaba temblando, de deseo infinito por aquel hermoso Macho y por miedo a lo que pudiera pasar después de lo que iba a decirle.
Me puse de pie.

--"Mañana regresan mis Padres de la capital, Usted ya casi termina el trabajo aquí en mi casa y yo me voy a ir a estudiar fuera del pueblo en 2 meses." Le dije mientras me quitaba la camisa y me bajaba el pantalón.

EL me seguia mirando con sus ojos llenos de confusion. Me miraba de arriba a abajo.

--"Yo quiero que me desvirgue, Don Mario. Quiero que Usted sea el primer hombre que me rompa el culo."

Su cara se lleno de tension y seriedad. No me gustaba verlo así, yo lo queria tranquilo y relajado como cuando se la chupaba o me cogía por la boca.

--"Pero……"

EL se puso de pie y Yo me le acerque para tomar su verga en mi mano, no podía dejar que la magia del momento se terminara.

--"La primera vez nunca se olvida y yo quiero que Usted sea mi primera vez." 

Nuestras miradas se volvieron a fundir. EL tenia que ver todo lo que yo sentía por EL. 
Lo abrasé con fuerza. Yo quería que EL me regresara el abrazo pero no lo hizo, pero tampoco me pedió que lo soltara. Por unos segundos pude escuchar los latidos precipitados de su corazón mientras me aferraba a su pecho con urgencia desmedida.

Su verga seguia dura en mi mano, pero Don Mario no me decía nada, quizá Yo estaba forzando las cosas demasiado; y debía conformarme con lo que EL me dejaba hacerle.

--"Yo no puedo darte lo que me pides, Muchacho. Lo siento."

Yo me separé de EL y lo miré fijamente a los ojos.

--"Disculpeme Don Mario. Por favor disculpeme por sentir esto que siento por Usted."

EL se subió sus pantalones y yo los míos. En cuestión de breves minutos, vi a Don Mario salir de mi casa.
Me acerqué a la ventana, para verlo cruzar la calle y entrar a la suya. 

--"He sido un pendejo."


Me dije a mi mismo, no debí haberle pedido nada, debí conformarme con lo que me daba. Debí sacarle toda la leche antes de que se fuera.

Por unos breves momentos me quedé mirando por la ventana, luego me fui por otra cerveza y me dejé caer al sofá. No había pasado mucho tiempo, cuando escuché el ruido de la camioneta de Don Mario. Me volví a asomar por la ventana, iba con su ropa de salir y su sombrero. Ya no me cabia duda, tenia una cita con una mujer y muy probablemente es mujer era mi Tia Rita. 
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Eran unos celos injustificados, pero nada podía hacer para evitarlos.

Le di un ultimo trago a mi cerveza y subí a bañarme. Y mientras el agua tibia acariciaba todo mi cuerpo ardiente y mi verga dura y afilada pedía atención, una idea se me vino a la cabeza.
============
============

Ya era de noche, casi las 11 cuando salí de mi casa. La calle estaba en silencio completo, toda la gente andaba en el centro celebrando las fiestas del pueblo.
Crucé la calle y caminé hasta la parte trasera de la casa de Don Mario. Ya me había tomado varias cervezas y me valia madre lo que pudiera pasar. Para mi buena suerte, la ventana por la que me había metido la otra vez, seguía sin llave; la abri y me meti. Esta vez, traia conmigo una linterna para alumbrar mi recorrido por la casa. Y esta vez no me iba ir hasta que llegara Don Mario, esta vez iba a lograr que EL me clavara la verga a como diera lugar.

Entré a su cuarto y me desnudé completamente. Tenia que calentarlo de tal manera que ya no se resistiera a hacer todo conmigo.
Hubo un momento en que me empecé a desesperar, porque pasaron los minutos y no llegaba. Creo que tuve que esperar casi una hora. El corazón se me quería salir por la boca cuando escuché su camioneta estacionarse afuera de su casa. Me acosté sobre su cama a esperarlo, sin hacer ruido y sin prender ninguna luz.
Lo escuché entrar y caminar por la sala y la cocina; y el ruido inconfundible de cuando se destapa una cerveza hizo eco en el silencio de aquella casa. Don Mario solo había encendido una luz muy tenue, casi no se veia nada. Me levanté de la cama temblando, mi cuerpo ardia de deseo, mi verga estaba dura y mi boca hambrienta por aquel Macho que estaba en la sala. Caminé por el pasillo tratando de no hacer ruido, pero no podía acercarme mucho o EL me iba a descubrir y aun no era el momento para eso. 
Cuanto mas cerveza tomara, mas fácil seria para mi hacer caer todas sus barreras de resistencia.

EL estaba en silencio, no prendió la TV, no hacia nada de ruido; luego de varias cervezas se levantó de la silla. 

Tragué saliva, Había llegado el momento de que EL supiera que yo estaba adentro de su casa.

--"Ya no aguanto más." lo escuché decir a lo lejos. "Esto no esta bien, pero lo tengo que ir a buscar otra vez"

No exciten palabras en ningún idioma para describir lo que yo sentí cuando lo escuché decir aquella frase. 
EL tomó sus llaves y se encamino a la puerta. Estaba de espaldas a mi.
Yo corri a detenerlo.

--"Don Mariooo…… Aquí estoy !!!!"

Don Mario se quedo inmóvil cerca de la puerta, tratando de comprender la situación, lo vi sacudir su cabeza, era obvio que creía estar imaginando cosas.

Yo me acerqué a EL y lo abrazé por la espalda. EL seguia inmóvil y sin hablar.

Lo abrase con más fuerza y fue entonces cuando EL se dio la media vuelta y agarrandome de la cintura me aventó contra la pared.

--"Que es esto? Que chingados haces adentro de mi casa y encuerado? Contestameee !!!!"

El tono de su voz era serio y de miedo, estaba enfurecido y con toda la razón, yo me había metido a su casa, había violado su privacidad, traspasado propiedad ajena.
Le temblaba todo el cuerpo del esfuerzo que estaba haciendo para controlar su enojo.

--"Se que hice mal, es un delito, pero ya no aguanto más Don Mario. Quiero sentir su verga adentro de mi culo, quiero que sea mi primer Macho."

Don Mario me miro intensamente antes de cerrar sus ojos por unos breves segundos.
Cuando los abrió nuevamente, tuve miedo, mucho miedo.

--"Nunca imaginé lo que podrías llegar a hacer solo porque te dejé que me chuparas la verga y mucho menos imaginé que podrías venir a meterte a mi casa, hijo de la chingada!!!!!"

--"Don Mario, yo…"

--"Callate, Cabrón. Esto es el colmo y debería llamar a la policia y entregarte. Tu nivel de puta no conoce limites." me dijo agarrando mi cara entre sus dos manos y aprtendomela fuerte.

--"Suelteme Don Mario, me duele………."

--"Ahora vas a saber lo que es que te duela algo, Muchacho hijo de la chingada."

Y de un movimiento rápido y felino, ya estaba yo sobre sus hombros. Y en sus hombros me llevó hasta su cuarto, me aventó sobre su cama y se dejo caer sobre mi.

--"Nunca había tenido una perra calenturienta que me siguiera como Tu. Estas emperrada con mi verga, verdad? Eres una putaaaa."

--"Solo suyo, Don Mario."

--"Callese. No le he dado permiso de hablar. Estas en mi casa y aquí las cosas se van a hacer a mi manera. Te viniste a meter a la boca del lobo y ahora vas a saber lo que es bueno." y me asusté cuando me escupió la cara y luego me dio dos cachetadas.

--"Aaahh…….."

--"Callese le digo. Aquí usted va a ser mi puta, mi perra y como tal la voy a tratar. Quiere verga de Macho, entonces verga va a tener."

Yo podía sentir su cuerpo caliente arriba del mío, debajo de su ropa EL se estaba quemando como yo. Su aliento a licor y cerveza me llegaba hasta la punta de mi verga.

--"Alla afuera para todos eres un hombre, aquí conmigo serás una hembra perdida y sucia. Yo no soy maricon ni me gustan los maricones."

--"Yo seré lo que Usted quiera…"

--"Callese. No tiene derecho a hablar. Su culo va a ser una panocha para mi que voy a reventar todas las veces que yo quiera y su boca me va a chupar la verga todas las veces que yo quiera también. Entendido??"

--"Entendido, Don Mario."

--"Así me gusta, que sea una puta obediente." me dijo al oído y me mordiø la oreja. "Quiero que me quites la ropa." me volvió a morder la oreja y se puso de pie.

Yo también me levanté de la cama, estaba temblando de la calentura y al emoción.

--"Encuerame y demuestrame que eres la mejor puta que puedo tener." me ordenó mientras se desabrochaba el cinturón. "Esta es la única oportunidad que te voy a dar para que me demuestres si sabes hacer el trabajo en la cama de una mujer o no."

--"Le voy a demostrar que soy mejor que una mujer, Don Mario. Mi culito es virgen, estrecho, apretado  para que su verga lo amolde a su gusto."

--"Eres una puta sucia y hambrienta, jamas una puta me la había mamado como TU; por eso desde aquella primera vez, no puedo dejar de pensar y desear repetir ese momento una y otra vez."

--"Yo se la chupare todas las veces que Usted me lo pida." Le dije mientras empezaba a quitarle la ropa, me ardia la sangre y era una urgencia infinita por encuerarlo completamente. 

Cuando le baje el pantalon y el calzoncillo blanco, su verga dura y jugosa quedó frente a mi boca. Vi como Don Mario con sus ojos cerrados se apretaba sus tetillas y con su lengua se mojaba los labios.
Y sin aguantar un segundo mas, me apoderé de su verga con mi boca y mi lengua, haciendo que se estremeciera de los pies a la cabeza. 
Me pasé una mano por mi verga que también estaba endurecida y me la acaricie levemente, esta vez todo parecía tan real, esta vez ya no me estaba imaginando que se la mamaba a Don Mario, esta vez se la estaba mamando de verdad. Mi Vecino El Viudo estaba encuerado y rendido bajo mi boca que se tragaba toda su verga sin pensarlo, y EL me la enterraba toda hasta el fondo de mi garganta. 
Así duramos varios minutos, haciendo que EL disfrutara y se calentara mas y mas con cada lengüetazo que le daba.

--"Subete a la cama, Puta Caliente."

Le di una ultima chupada y lo obedeci de inmediato. Me subi a la cama y me acosté de espaldas y aventé las piernas al aire.

--"Imagine que mi culo es una panochita virgen y apretada, Don Mario." le dije mirandolo a los ojos fijamente, EL tenia su mirada clavada en mi agujero y se pasó la lengua por su labios, estaba bien caliente, estaba al borde del abismo y ya no podia pensar en nada mas que en saciar su lujuria.

Yo me empecé a dedear mi agujero, para terminar de lanzarlo a ese abismo sin regreso, donde finalmente yo podría obtener lo que quería de EL, que me reventara el culo por primera vez y para siempre.

Don Mario se escupio su verga y mientras jugaba con ella, se fue acercando hacia mi.

--"Así, así, Don Mario. Quiero sentir su verga en mi culo. Quiero que sea el primero que me lo revienteee."

Me abrí bien de piernas sobre la cama y un dedo, dio paso a otro dedo, estaba ardiendo de calentura y deseo por el hombre que se acercaba a mi. Y que no hacia mucho había salido a pasear con mi Tia. Por el Unico hombre que jamas iba a valorar lo que yo sentía por EL. 

--"Si supiera todo lo que he esperado por este momento, Don Mario. Deme su verga, no me haga esperar mas."

Intensifiqué las manotadas a mi verga mientras con dos dedos me penetraba el culo.

--"Tome mi culo, Don Mario. Experimentemos juntos el camino al placer que solo le puede dar un macho a otro macho".

--"Callese, Cabrón. Aqui solo hay un Macho y una Puta hambrienta de verga dura." me dijo mientras me daba unas nalgadas. "Sacate esos dedos de tu agujero. Ahorita te voy a enterrar una verga de verdad."

Su voz ronca y seria como siempre. Estaba ahi, parado al lado de la cama, con su verga jugosa, lista para la batalla que se aproximaba. Macho Imponente. Hermoso. Mirandome a los ojos mientras jugaba con una de sus tetillas, dejandome ver su pecho enorme, velludo, firme y delicioso.

--La he estado esperando desde hace tantos años." Le dije sin dejar de mirarlo directamente a sus ojos. No perdiendo detalle de nada. Se mordió sus labios una y otra vez, su verga estaba dura. Bien dura. Con un movimiento felino y rápido se dejo caer de rodillas a la orilla de la cama y empezó a oler, a olfatear mi culo. Yo podía sentir su bigote y su barba acariciando levemente mi agujero.

--"No sé si esto esta bien o mal. Cuando me fui de tu casa esta tarde, tus palabras retumbaban en mi cabeza." me dijo y sentí un lengüetazo suave sobre mi culo, haciendo que un escalofrío de placer me recorriera de abajo hacia arriba.

--"No sé si lo deba hacer o no, solo sé que lo quiero experimentar. Quiero sentir mi verga abriendo camino en tu agujero, Puta calenturienta. No tengo experiencia con putas como Tu, pero lo que he hecho contigo me ha gustado mucho, un chingo."

Y me empezó a lamer mi culo con hambre, con urgencia, con desesperación. La suavidad de su lengua caliente sobre mi agujero me hacia retorcerme sin pena, entregarme al placer que me estaba dando aquel Macho divino.

--"Tienes un agujerito bien sabroso, hacia tiempo que tenia ganas de chupar una panochita, pero tu culito me esta gustando mucho, Cabrón!!….  Así, así, ve abriendo, preparate, porque después de mi lengua, sigue mi verga….  Vas a saber lo que es un Macho de verdad. Vas a saber como lo hombres marcamos a nuestras Putas, te voy a dejar el culo chorreando de leche…."

 Esta era la única vez que yo había escuchado a Don Mario hablar tanto. Y eran las palabras, las frases mas chingonas que alguien me había dicho. Don Mario siempre tan serio y callado. Tan Macho y tan Sabroso.
Con cada lengüetazo, con cada chupada que le daba a mi culo, me estaba elevando mas y mas a las alturas de placer que solamente me había imaginado en mis noches de calentura. Pero esta noche todo era real. Infinita y calenturientamente real.

--"Que rico y sabroso agujero tienes, eres una perra completa."

--"Mi agujero es solo suyo, Don Mario."

--"Te lo voy a reventar y a marcar con mi leche, como se hace con las perras de la calle, y de ahora en adelante solo yo podré darte verga cuando se me de la chingada gana………"

Y aquella noche, Don Mario bajo los efectos del alcohol, pero sobretodo, bajo los efectos de las calentura, del deseo y la lujuria de macho me hizo su perra. Aquella noche conocí por primera vez el dolor de una verga grande y gruesa entrar y romper mi agujero, hacerme gritar de dolor hasta el punto de pedirle que me la sacara, pero a Don Mario ya nada lo iba a detener y después de aquel inmenso dolor, de cada embestida de su verga perforando mi culo, conocí el mas grande placer que un hombre puede sentir.

--"Aguanta mi verga, demuestrame que eres una Perra completa y que tu agujero solo es para mi. Toma hija de la chingada, siente como te rompo ese culo sabroso que tienes. Que rico, que apretadizo lo tienes………"

Conocí que había nacido para ser suyo, que no solo mi boca sobre su verga era la unión perfecta, que su verga adentro de mi agujero era fuente de un placer mas intenso e infinito. Que para EL yo era su perra y el era mi Macho. Que con cada clavada, Don Mario mas se enamoraba de mi agujero. Y que comprobar que EL era realmente el primero, lo volvía loco de deseo y me grito una y mil veces que EL era mi Macho y nadie mas iba a meter su verga en mi culo.

--"Si yo me llego a enterar que andas de culo suelto, buscando otro Macho, no te la vas a acabar, Perra calenturienta" me sentencio con su voz ronca y seria. Entregado al placer que mi agujero le daba sin limites ni condición.

--"Solo Usted, Don Mario. Mi boca y mi agujero son solo de Usted. Así, así…deme mas duro, todaaaaa, la quiero toda, no pare nunca, noooo, no me la saque…… soy su perraaaaa, su perraaaa, Don Mario.

Y la noche fue testigo de mi primera vez, de mi entrega completa y absoluta al único hombre que me podía entregar sin esperar nada a cambio, su verga en mi boca y en mi agujero eran mi premio mas preciado. Y su verga tuve toda la noche. Juntos subimos a las cumbres mas altas del infinito. Completamente Unidos. Pertenecidos.

Mi Vecino El Viudo y Yo compartimos el secreto mas chingon que pueda existir. Yo soy su perra y el es mi Macho. 

Desde aquella primera vez, ya han pasado 2 meses, Don Mario y yo buscamos y aprovechamos cualquier momento para coger, para saciar nuestros mas bajos instintos. EL se sigue imaginando que se esta clavando a una hembra y no a un hombre, yo le sigo la corriente, porque mientras me de lo que yo quiero, yo seré lo que EL quiera. Juntos hemos llegamos al punto donde dos cuerpos se entregan, se complementan y no hay regreso. 
EL se ha encarnizado con mi boca y con mi culo, ha conocido la lujuria, el morbo y el placer que ninguna mujer pudo darle jamas.
#AhuevoCabron  



FIN